Restauración comunitaria de áreas degradadas por actividades mineras
El proyecto tuvo como propósito principal empoderar a las comunidades locales para que aprendieran a restaurar los ecosistemas afectados por la intervención humana. La iniciativa se ejecutó en estrecha colaboración entre la corporación y los habitantes del territorio, quienes participaron activamente en la recuperación de áreas degradadas.
A lo largo de su desarrollo, se llevaron a cabo talleres, capacitaciones y actividades prácticas que permitieron a las comunidades adquirir conocimientos sobre técnicas de restauración ambiental, reforestación, conservación del suelo y gestión sostenible de los recursos naturales. Gracias a este proceso, se fortaleció la conciencia ambiental y se dotó a los participantes de herramientas concretas para convertirse en agentes de cambio en la recuperación de su entorno.
El proyecto dejó como resultado no solo la rehabilitación de áreas impactadas, sino también el fortalecimiento de las capacidades comunitarias, consolidando un modelo de participación social que promueve la sostenibilidad y la protección de los ecosistemas a largo plazo.

Experiencia corregimiento de Margento, Caucasia - Antioquia
La Corporación CCDSC actuó como facilitadora y articuladora territorial, brindando asesoría técnica y apoyo logístico para ejecutar acciones de restauración en áreas degradadas por minería aurífera, bajo un enfoque plenamente comunitario. El proceso se desarrolló desde un diagnóstico participativo hasta la planificación, implementación y seguimiento, integrando saberes locales y acuerdos colectivos sobre el uso del territorio. A través de talleres y escuelas de campo se fortalecieron capacidades en viveros comunitarios, reforestación, conservación de suelos y manejo sostenible del agua, lo que elevó la apropiación social de las prácticas y garantizó su continuidad más allá de la intervención.
La participación de los grupos organizados resultó de mucha importancia. La juventud asumió el liderazgo de jornadas de monitoreo y revegetalización, impulsando campañas de sensibilización ambiental que renovaron el compromiso de la comunidad con el cuidado del entorno. Las mujeres emprendedoras consolidaron iniciativas de bioemprendimiento (viveros comunitarios, abonos orgánicos y productos verdes) que aportaron ingresos y, a la vez, sostuvieron las labores de restauración. El Consejo Comunitario Afro imprimió pertinencia cultural a las acciones, incorporando prácticas tradicionales y fortaleciendo la gobernanza local de los bienes comunes. La Junta de Acción Comunal, por su parte, ordenó la logística, gestionó alianzas institucionales y aseguró la transparencia y corresponsabilidad del proceso. En conjunto, estas dinámicas consolidaron una red de cooperación territorial y dejaron capacidades instaladas para que la comunidad de Margento continúe liderando la recuperación ecológica y el manejo sostenible de su territorio.